Sigue caminando, la vida puede llegar a ser maravillosa...

jueves, septiembre 27

Porque escribo?


PORQUE ESCRIBO
Cuantas veces me pregunto, por qué escribo poemas sino soy escritor ni poeta.
Solo escribiendo he hallado algunas respuestas. Escribo a veces para sacar lo que llevo dentro, lo que me duele, lo que extraño, lo que quiero y sin pretenderlo disfrazo la noche de suspiros, cambio el rumbo del horizonte sin previo aviso, la acaricio sin pudor porque me encanta hacerlo, entonces se con certeza cuan poderosa es la fantasía.

Escribo las noches que veo su imagen en la penumbra de mi habitación imaginado tenerla acurrucada a mí lado, me abandono a sus caricias placenteras.
Cuando siento sus caricias acariciar  mi piel, es como si mil melodías sonaran juntas con un solo instrumento, como un amanecer sin sombras, como alcanzar el el arco iris del horizonte, como correr a su lado, solo para abrazarla.
Escribo, porque lo hago solo para ti, y no me cuestiono porque escribo, sin son solo mis pensamientos o es poesía.
Escribo cuando me siento colgado de su recuerdo, porque en cada letra veo su rostro, escribo cuando mi alma sangra, porque no la tengo.
Escribo cuando le digo que no lo hago para cualquiera, solo a quien yo quiero y mi corazón elije.
Escribo cuando me siento norte, y ella sur, cuando ella es fuego, y yo soy  lava, y como fiera en celo, ella marca el camino a seguir en mi mar embravecido.
¿Cómo frenar mis pensamientos?

viernes, septiembre 21

Soñandote despierto


Noche de san Juan.
Era una noche calurosa de Junio, esa noche quería pasarla juntos a ella, era noche de San Juan , noche de fuego, misterio y hogueras, a mí siempre me había parecido una noche mágica y no sé porque me inspiraba un toque de romanticismo y sensualidad, pero a la vez hay algo especial en ella que activa los instintos sexuales.
Una vez más por cuestiones de distancia los planes no pueden salir como a uno le gustara, estábamos separados por cientos de kilómetros.
La noche anterior se lo había comunicado dándole la noticia, a ella se le rompieron todos los esquemas, pero como siempre mi habilidad para hacer posible lo imposible una vez más surgió:
No te preocupes mi niña, tendremos nuestra noche de San Juan, aun en la distancia, te llamaré por teléfono y haremos nuestro propio ritual, quiero que te pongas algo delicado, a ser posible transparente y de color negro, luego me contarás como es para hacer volar aun más mi imaginación.
Llegó la noche, faltaban pocos minutos para la media noche, como tantas otras noches con mi toalla sobre los hombros caminaba hacia la pequeña playa que estaba solo a unos minutos de donde yo tenía mi residencia, ella seguro estaría preparada esperando mi llamada, con un camisón de encaje en color negro, abierto por el centro con la ropa interior haciendo juego, la habitación solo con luz de las velas. Estaría esperándome en la cama, apoyada en un montón de almohadones. Ya eran las doce de la noche, empezaba nuestro  ritual, ella estaba nerviosa e impaciente deseando que sonara el teléfono, y oír mi voz al otro lado del hilo. Todo lo que viene de ella siempre es muy especial y por esa razón me altera y me excita aun más, no deje pasar muchos minutos, solo habían pasado un par de minutos de la medianoche. Cogí el teléfono.
Hola mi niña, ya estoy a tu lado, deseoso de que llegara la hora y muerto de deseo por ti, por sentirte, estoy totalmente desnudo encima de mi cama, a oscuras, excitado, muy excitado de solo pensarte, imaginarte, ahora quiero que me cuentes que llevas puesto, vamos dímelo.

Ella empezó a explicar con todo detalle, muy despacio, con voz muy suave, oía que su respiración cada vez aumentaba más, a mí me temblaba la voz de la excitación que me producía oírla.
Cogí las riendas de la situación y empezó la magia.
Cierra los ojos mi amor. Imagíname a tu lado, imagina que tus manos son mis manos, recorro el borde de tus labios con mi dedo, siento tu aliento en mi piel, hazlo. Piensa que soy yo quien te acaricia. Ella asumió el papel por completo sumergiéndose en mi fantasía, mis manos y partes de mi cuerpo ya no me pertenecían, eran de solo de ella.
De los labios bajó con mis dedos a su cuello, abría mi mano para acariciar al completo sus pechos cubriéndolos en una sola caricia, los apretaba, sintiendo como mis manos los acariciaban, bordeaban sus pezones y volvían a cubrir con mis manos, su cuerpo se contraía en impulsos, toda su piel se estremecía, las yemas de mis dedos bajaban y subían delicadamente por sus costados, se paraban en su abdomen y volvían a repetir, su espalda cobraba vida propia curvándose al sentir tanto placer.

Paró en su abdomen para dirigirse lentamente hacia su ombligo, allí se detuvo, ella solo deseaba que llegaran a su sexo, yo al otro lado del hilo notaba su impaciencia y por ese motivo intentaba alargarlo para que su excitación fuera máxima; se fue acercando lentamente, poco a poco, hasta llegar donde tanto deseaba, mi dedo índice bajo lentamente abriéndose paso entre sus rizos hasta tocar sus labios deseosos de deseo, colándose en su apertura, donde la más ardiente humedad lo esperaba. Impregnándose de ella buscó el botón delicado del deseo, su clítoris, que lo esperaba exasperado por ser acariciado, en un vaivén de movimientos circulares, suaves e intensos, se alteró todo su cuerpo, ya no tenía consciencia de lo que hacía, solo era su cuerpo, la luz de las velas y su voz y mis dedos. Los músculos de su cuerpo se contraían entre sacudidas de placer, ambos estábamos al límite de nuestras fuerzas, se podía oír sus fuertes jadeos como si estuviera allí mismo a su lado, envueltos en una pasión desmedida, entre espasmos y convulsiones por el más intenso de los placeres que jamás pudiéramos haber imaginado sentir. En un último esfuerzo nos abandonamos al deseado orgasmo, fuerte, intenso, único. Mientras se apoderaba de mi pude sentir como un inmenso orgasmo la agotó a ella por completo hasta su propia voz se quebró, solo quedaron los gemidos sofocados de ambos como consecuencia de una de las mas deliciosas de la experiencias vividas por los dos.

Después de recuperar nuestras respiraciones, en la calma, le pregunté amor, ¿cómo estás? ella se echó a reír, pues en ese momento fui consciente de su verdadera situación, la imaginaba totalmente atravesada en la cama, la imaginaba desmadejada sobre la cama, sus piernas que colgaban por unos de los laterales, aun confundida, aun impactada, sensible en extremo. Volví a preguntarle. ¿Amor qué haces?, ella contestó, estoy sentada en el borde de la cama. ¿Y cómo estás ahí?, No lo sé.
Se me escapó una sonrisa y de nuevo haciéndome el dueño de la situación, el dueño absoluto de su voluntad, con una voz dulce y penetrante que todo lo puede me volví a apoderar de la situación, añadí:
Túmbate de nuevo cariño, aun no hemos terminado. Hoy es nuestra noche, hoy quiero saciarme de tu cuerpo.

Pero esto lo dejo para contarlo en mi próximo correo..

domingo, junio 3


El amor.
Así es el amor aunque no lo queramos ver.
Querríamos vivir siempre el amanecer, las pasiones del amanecer, la ceguera de ver en la otra persona todo lo que en nuestras vidas nos falta, ese enamoramiento sin sentido y sin causa justificada.
Pero llega ese sol del amanecer a mitad del sueño y las estrellas de colores que vimos poco a poco se van apagando, y la rutina entra en nuestras vidas como carcoma ciega y el serrín de los días vacía las miradas y todo se ve diferente. Y así llega la tarde con los ojos tristes y los abrazos nunca dados sin fuerzas ya para poder  emitir palabras,  y dejamos que los días se mueran en silencio, mirando al horizonte, buscando una escapada a nuestras plegarias.
Y al fin  nos adentramos en la noche con la melancolía fría y los cuerpos enfermos de amor y las almas cansadas buscando amaneceres como el que soñamos cuando creímos ver que lo que nos pasaba era un sueño tan fuerte, una ilusión tan viva que nunca supusimos que un día se nos apagara.
Pero nos damos cuenta que todo quedó muerto en estas cenizas que buscamos con ardor que el fuego volviera a renacer volviendo a vivir  un nuevo alba y soñar que de nuevo nuestros sueños resucitaban.


DE QUE ME SIRVE
 De qué me sirve amarte cuando no te tengo.
De qué me sirve soñarte cuando no apareces en mis sueños.
De qué me sirve pensarte cuando no me piensas.
De qué me sirve quererte cuando no me quieres.
DE QUE…

 A mi me sirve...
A mí me sirve tu amor para seguir viviendo, para abrazarme en tu abrazo cuando la noche me atrapa, para sentir en mi cuerpo tu piel cuando el aire frío me destapa, para soñar con tus labios cuando la sed de tus besos me acribilla, para vivir la pasión en las noches de luna llena, para contemplar tus ojos con la luz de los amaneceres, para llenar mis días y mis noches y hacer huir mi insomnio.
Para que tenga sentido el caminar a ningún lado, para que pueda verte en los rostros con los que me cruzo, para tener la esperanza de que quizás un día volverás a mi morada.
Y volver a sentir la pasión de los esclavos de amor, y caminar por bosques y caminos aun estando ciego y nos podamos cubrir y cobijarnos bajo su manto sin más calor que el que surja de dos cuerpos enamorados que buscan sentir en sus entrañas la explosión de un orgasmo.
Por eso quiero que dejes que te siga queriendo y que no me importe que nunca pueda tenerte,  déjame que te sueñe tan viva, tan cercana y que aparezcas en mis sueños con la verdad de la mujer que me llene de placer y que me dejó extenuado cubierto de caricias, de besos y de espasmos, que sienta sobre mi piel como si aún estuvieras enredada entre mis brazos.
Javi 03/06/2012


lunes, abril 2

Solo ella


ELLA

La elegancia en su caminar simboliza la feminidad, es exuberante y llamativa, provoca mis emociones y mis versos, que al invadir mi intimidad estimulan los deseos que me despierta su atracción.

Ante el oleaje que despliega su cuerpo en movimiento, su presencia es la música que recita mis melodías de amor, mezclando deseos y ternura, al sentirla tan agradable.

En su hermoso paisaje destellan las miradas de mis ojos emocionados.

La intensidad en sus miradas me empujan a amar su esencia, los deseos brotan y florecen y me elevan sin poder evitarlo, cada momento es disfrutado, irrumpiendo en lo mas profundo de mi alma.

El resultado es?.

Un aluvión de besos inundando sus labios al sentirla descubriendo sus mas íntimos secretos, los más escondidos de ese amor que sabe siento por ella, ante esta inmensa armonía y fuerte oleaje de sus mareas, los deseos estallan y gritan intentando coronar la cima mas alta.

CRUZANDO LAS MIRADAS

La imagen eterna del amor es cuando brillan los ojos y se cruzan las miradas, cuando los labios claman desde sus fracciones lloviendo a la vez deseos, y se funden como oro y diamantes, ya no hay más pupilas dilatadas, ni mas iris que los suyos en los míos, no encontré en esta vida
más ilusión que su mirada, ni más ternura que la de su corazón, ni más alegría que la de su boca, ni más placer que la caricia de la suavidad de su piel en mi piel.

¡Ahora que la he perdido!, cada noche sueño con su voz hermosa, cada palabra que deletreo lleva su nombre, busco la mirada de sus ojos entre los colores de la vida, y cuando desde el silencio un destello se avecina surcando tierras y mares, va trazando mi destino entre sus hermosos paisajes, yo los miraré desde mi bosque adormecido, soñando con esa ilusión que vaga sin tu reflejo, bajo la superficie de las sombras, donde solo yo puedo recoger su mirada diluida en mis ojos nublados por la lluvia..

lunes, marzo 12

Nostalgias


Días de nostalgias...
Un día cualquiera de un mes cualquiera, el día es soleado, la temperatura agradable, todos han salido a pasear yo decidí quedarme en casa, como tantas veces para escribir mis pensamientos en solitario como gusta hacerlo...
Soy de esos que llaman de la generación x, crecí con los pecos y los chungitos, devoré libros de Luis Cernuda y Julio Cortazar, me regocije con la pintura de picazo, canté las canciones de los brincos y los sirex hasta quedarme afónico, defendí mis ideales en las primeras manifestaciones estudiantiles como si me fuera la vida en ello, recibiendo palos y hasta visitando los calabozos aun del franquismo, vi marcharse y perder a mi primer amor por algo que llamaban la emigración, fui un poco golfillo en los 70 para pasar a ser un hombre bien instruido en los 80 y creí que un día conocería y tendría a la princesa de los cuentos de hadas, pero sobre todo fui algo rebelde.

Hoy rara vez escucho a los chungitos, aunque si sigo leyendo a Julio Cortazar, ojeo de vez en cuando los autores de los 60, ya solo clamo por tener buena salud y envejecer con dignidad, mis raíces y mis ideales siguen estando ahí, aunque veo que ya son caducos, el mundo ha cambiado, se ha perdido el romanticismo, las buenas costumbres y el mundo se esta deshumanizando, ya nadie se levanta para dejar sentarse una persona mayor en el asiento del autobús ni se ayuda a pasar la calle.
Apenas recuerdo aquel amor perdido de los catorce años, ya no soy golfillo ni aquel jovenzuelo que llevaba de calle las niñas monas, a veces moderno, a veces clásico, a veces nada, ahora pienso y digo aquello de que prefiero un polvo de vez en cuando porque la palabra amor me suena a sonido hueco, pero aun sigo siendo rebelde...
Aunque me sigue gustando contemplar las estrellas en las noches de luna llena, me fijo en una estrella y sigo pidiendo un deseo porque mi alma sigue siendo de niño y a veces aún sigue creyendo en los cuentos de hadas.
Una vez alguien me dijo que yo era como una amapola, hermosa y libre, pero que al irme a coger era como un cactus lleno de espinas. Las pocas veces que no he sacado mis espinas me han pinchado a mi, y hoy no quiero mas espinas, ni mías ni de nadie, pero aún así me encantaría que alguien me dijera aquello "en ti pienso, a ti vengo acércate, no voy a pincharte”. Aunque eso me haya producido tantas veces espinas.

viernes, febrero 3


Pasión por el mar…

Cuando uno tiene pasión por el mar, cualquier momento es un regalo para caminar por la arena y sentir la serenidad o el coraje de las olas cuando rompen en las rocas.

Acabo de ver hoy otra maravillosa puesta de sol. La tristeza y la alegría se unen al contemplarla. Es cómo una puerta abierta al corazón, es inmensamente hermoso ver como se esconde por el horizonte. Como si durante unos instantes la puerta del cielo se abriera al acabar el día y Dios tomara el corazón del hombre, alejándose por milésimas de segundos del resto del mundo, y sacara lo mejor de de su corazón ,dándole una oportunidad más para comenzar un nuevo día. Es algo inexplicable.

Y aquí estoy yo de nuevo, gravando en mi mente la esencia de otro atardecer visto desde la orilla de un mar tranquilo, en calma, de un mar que durante todo el día había reflejado la luz del sol y que brillaba sin miedo a perder su identidad. Una imagen que mostraba la belleza del amor, de la libertad, de su presencia, expresada en colores rojizos reflejándose en el rostro del sol cuando va ocultándose en el horizonte.

En el silencio del paisaje, un deseo, un sueño, una ilusión, un ruego. Pero no sin responder a nadie.

¿Es que quizá el silencio habla? ¿Quizás quiere decirme algo? ¿Cómo se podría entender su lenguaje?

Y dentro, muy dentro de mi encuentro su voz que es mi voz, abriendo la puerta del corazón para juntos entrar de puntillas y pasearnos por el misterioso mundo del alma. Y allí, puedo encontrar la serenidad de mi paisaje interior.

Es inexplicable…es atardecer…es silencio…eres tú.

Setiembre de 2011

jueves, enero 26

Algun dia


Algún día…

Algún día te escribiré un poema que no mencione el día ni el anochecer, un poema que omita los nombres de las flores, que no tenga olor a jazmines o magnolias.

Algún día te escribiré un poema sin pájaros, sin fuentes, un poema que eluda la brisa del mar y no mire a las estrellas.

Algún día te escribiré un poema que solo se limite a que sientas mis dedos acariciar tu piel y que convierta las miradas y las palabras en caricias, sin comparaciones, sin metáforas.

Algún día escribiré un poema que huela solo a ti, un poema con el ritmo de las pulsaciones del corazón, con la intensidad estrujada de un beso y un abrazo.

Algún día escribiré un poema, será solo el canto de mi dicha.

Pasaste por mi vida, sin saber que pasaste.

Pasaste en silencio sin sentir mi amor y algún día al pasar yo fingiré una sonrisa como un dulce contraste del dolor de haberte querido, pensando que tú jamás lo has sabido.

Soñaré con el blanco virginal de tu piel, soñaré con tus ojos de color mar esmeralda, soñaré con tus labios desesperadamente hermosos, soñaré con tus besos.

Pero tú jamás lo sabrás.

Quizás algún pases con otro que te diga al oído esas frases que nadie como yo te dirá; y yo te veré ahogando para siempre mi amor inadvertido, te seguiré amando más que nunca... pero eso tu.

Jamás lo sabrás.
22/12/2011.